"La insoportable levedad del ser" El libro imposible de llevar al cine...
El cine tiene una ventaja sobre las demás artes porque posee diferentes niveles de discurso y consta de múltiples elementos a los que se les puede brindar significado, desde el argumento del filme hasta el montaje, tanto a elementos visuales como de sonido. El boom de las películas de acción y ciencia ficción, potenciadas por la magia de los efectos especiales, cada día más avanzados llevaron al cine a otro nivel.
Leí por ahí que las buenas novelas siempre pierden cuando son llevadas al cine y las malas ganan. La metáfora permite alumbrar los matices, capta y guía la atención del lector y del espectador. Indudablemente no será jamás lo mismo leer Star wars en un libro, que ver la película en pantalla grande con el sonido de los laser y ver a Darth Vader aterrizando en la estrella de la muerte con el fondo de sonido de la marcha imperial de John Williams.
Y también ocurre lo contrario, como en este caso sucede con mi libro de cabecera de mi escritor favorito: Milan Kundera. Un escritor de novelas icónico, que aborda los aspectos trágicos y cómicos del totalitarismo, con un humor negro particular, donde la influencia de Kafka siempre estará presente en sus metáforas. Algo, para mí, imposible de traspasar del libro al cine. Para un escritor que dice que el amor puede surgir de una sola metáfora, y que sus novelas están llenas de ellas, siendo este precisamente el vínculo que nos conecta con él. Las novelas de Kundera crean de manera inmediata, una conexión intima y particular, que solo se logra con la abstracción de la lectura.
El director Philip Kaufman bajo el guion de Jean-Claude Carrière y Philip Kaufman, intentaron afanosamente llevar al cine La insoportable levedad del ser de Kundera. Daniel Day-Lewis, Juliette Binoche y Lena Olin fueron los actores principales, y aunque el film no tuvo mala critica, pues está lejos de reflejar el sentir del autor. De hecho, Kundera no quedó muy satisfecho del resultado y hasta llegó a decir que nunca permitiría que otra obra suya fuera llevada al cine.
Sven Nykvist el director de fotografía hizo grandes esfuerzos y logró unas imágenes que logran salvar el film. Lena Olin logró representar a una Sabina fidedigna, con una carga erótica pronunciada e inolvidable. Day-Lewis fue un Tomas pasable, extraño y taciturno, que trató de plasmar con su estilo particular el personaje masculino principal y una Binoche que ya comenzaba a enseñar su potencial como actriz, fue la Teresa posible, que como dije es para mí, una novela imposible de sacar del papel al celuloide.
Además, esta la otra protagonista de la película, que visualmente Kundera nos trasmite a través de su prosa, pero que en la película emerge en toda su belleza visual: la hermosa ciudad de Praga opacada por el comunismo.
Y es como he dicho, ¿cómo llevar a la pantalla lo que Kundera convierte en metáfora y más aún, en aforismo? Si esas metáforas están en la cabeza del autor, no las dice el personaje en un guion escrito, no se las dice Tomas a Teresa o a Sabina, sino las guarda en su mente o son manifestadas como un pensamiento que comparte el escritor con el lector.
“El sexo sin amor es una experiencia vacía, pero como experiencia vacía es de las mejores”.
“La muerte es el otro lado del espejo en el que nos miramos”
“La vida es un constante juego entre el amor y el desapego”.
“Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también”.
“Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).”
“Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga” …En fin, se agradece el esfuerzo, pero La insoportable levedad del ser es una película que podré ver y disfrutar una vez, mientras que leer la novela será un placer que siempre obtendré mientras la novela esté en mi biblioteca. Kundera ya murió, pero me sigue hablando a través de sus letras.

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